Page 73 - LIBRO DE ASTRONOMÍA DE 2ºC
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El 19 de septiembre de 2006 la NASA anunció el descubrimiento de un nuevo anillo en Saturno,
por la nave espacial Cassini durante una ocultación solar, cuando el Sol pasa directamente detrás
de Saturno y Cassini viaja en la sombra dejada por Saturno con lo que los anillos tienen una
iluminación brillante. Habitualmente, una ocultación solar puede durar una hora pero el 17 de
septiembre de 2006 duró 12 horas, siendo la más larga de la misión Cassini. La ocultación solar
dio la oportunidad a Cassini de realizar un mapa de la presencia de partículas microscópicas que
no son visibles normalmente, en el sistema de anillos.
El nuevo anillo, apenas perceptible, está entre el Anillo F y el Anillo G. Esta ubicación coincide con
las órbitas de las lunas de Saturno Jano y Epimeteo, dos satélites coorbitales de Saturno cuyas
distancias al centro de Saturno se diferencian menos que el tamaño de dichos satélites, por lo que
describen una extraña danza que los lleva a intercambiar sus órbitas. Los investigadores de la
NASA aseguraron que el impacto de meteoros en esas lunas ha hecho que otras partículas se unan
al anillo.
Las cámaras a bordo de la nave Cassini captaron imágenes de un material helado que se extiende
decenas de miles de kilómetros desde Encélado, otra confirmación de que la luna está lanzando
material que podría formar el anillo E. El satélite Encélado pudo ser visto a través del anillo E con
sus chorros saliendo de su superficie semejando "dedos", dirigidos al anillo en cuestión. Estos
chorros están compuestos de partículas heladas muy delgadas, que son expulsadas por los
géiseres del Polo Sur de Encelado y entran en el anillo E.
«Tanto el nuevo anillo como las estructuras inesperadas del E nos dan una importante pista de
cómo las lunas pueden lanzar pequeñas partículas y esculpir sus propios ambientes locales», dijo
Matt Hedman, un investigador asociado a la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York.
Representación artística del anillo difuso en la órbita de Febe
La nave también tomó una fotografía en color de la Tierra, a cerca de 1 500 millones de kilómetros
de distancia, en la que parece una esfera azul claro. En otra imagen, tomada en la misma fecha,
puede apreciarse también la Luna.
Carolyn Porco, responsable del equipo que opera las cámaras de la sonda Cassini en el Instituto
de Ciencia Espacial de Boulder, en Colorado, dijo al respecto: