Page 67 - LIBRO DE ASTRONOMÍA DE 2ºC
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cuando están en el mismo punto, en un nodo de intersección de sus órbitas, la Tierra tiene el mismo

        tamaño aparente que Saturno.


        Estructura interna

        Los modelos planetarios típicos consideran que el interior del planeta es semejante al de Júpiter,
        con un núcleo rocoso rodeado por hidrógeno, helio y trazas de otras sustancias volátiles. Sobre él

        se extiende una extensa capa de hidrógeno líquido, debido a los efectos de las elevadas presiones
        y temperaturas. Los 30 000 km exteriores del planeta están formados por una extensa atmósfera

        de  hidrógeno  y  helio. El interior del planeta probablemente contenga un  núcleo  formado por

        materiales  helados acumulados en la  formación temprana  del  planeta y que se  encuentran  en
        estado líquido en las condiciones de presión y temperatura cercanas al núcleo. Este se encuentra

        a temperaturas en torno a 12 000 K —aproximadamente el doble de la temperatura de la superficie
        del Sol—.

        Por otro lado, y al igual que Júpiter y Neptuno, Saturno irradia más calor al exterior del que recibe
        del Sol. Una parte de esta energía está producida por una lenta contracción del planeta que libera

        la energía potencial  gravitatoria producida en la compresión.  Este mecanismo se  denomina

        mecanismo de Kelvin-Helmholtz. El calor extra generado se produce en una separación de fases
        entre el hidrógeno y el helio relativamente homogéneos que se están  diferenciando  desde la

        formación del planeta, liberando energía gravitatoria en forma de calor.










        Atmósfera











        La enorme tormenta aparecida en diciembre de 2010 (foto NASA)


        La atmósfera de Saturno posee un patrón de bandas oscuras y zonas claras similar al de Júpiter

        aunque la distinción entre ambas es mucho menos clara en el caso de Saturno. La atmósfera del
        planeta posee fuertes vientos en la dirección de los paralelos alternantes en latitud y altamente

        simétricos en ambos hemisferios a pesar del efecto estacional de la inclinación axial del planeta. El

        viento está dominado por una intensa y ancha corriente ecuatorial al nivel de la altura de las nubes
        que llegó a alcanzar velocidades de hasta 450 m/s en la época de los Voyager. A diferencia de

        Júpiter, no son aparentes grandes vórtices estables, aunque sí los hay más pequeños.
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